Hace tiempo que no estás, tu ausencia me causa un vacio inmenso en mi corazón, como un puñal clavado en mi espalda. Todo tuviste, todo lo dejaste, y tú, madre, por mi mataste. Cuando estabas en palacio todos tus andares se convertían en flores, pero desde que no estás, todo en mi es una calamidad.
Desde que falleciste, madre, padre ya no es el mismo de antes, su mirada ya no tiene luz, ya no tienen vitalidad sus ojos; yo sé que te amaba, pero nunca lo reconocerá. Tu dejaste tu infancia, tus hermanas, tu cultura de amazona para darme la vida y querer a Teseo, rey de Atenas. Y nadie hasta ahora ha sabido valorar tus esfuerzos ni tus sacrificios. Hoy, madre yo te pido perdón.
Padre, se casó, él no podía soportar estar solo, aunque no amara a la mujer con quien se casara. Lo hizo con Fedra, mi actual madrastra, y su compañía no es para mí en absoluto grata, su manera de mirarme me causa espanto, solo de pensar que está ocupando tu lugar. Yo creo que siente algo por mi, pero por mi parte nunca será correspondida, porque yo amo a otra a la que ahora no puedo ver.
Fedra me ama, cada vez estoy más seguro, madre. ¿Qué debo hacer? ¿Huir de palacio e irme con mi amada y renunciar al trono de mi padre? ¿o por el contrario avisarle a eé de los tonteos de su mujer Fedra hacia mí? Creo que escojo la última, decidí informarle al alba del día siguiente. Cuando estuve apunto de conciliar el sueño, los guardias de palacio entraron fuertemente a mi habitación, sin avisar, y me dijeron: "¡Principe, su padre nos envia para llevarlo ante él y suplico obedezcais!"
Me llevaron ante Teseo, yo estaba aterrado, muerto de miedo, no sabía lo que estaba ocurriendo ante mis ojos, no sabia porqué me hacían esto. En esos momentos apareció Fedra y me miró con cara de miedo y tristeza; no lo comprendí hasta que vi a mi padre y me informó de la supuesta violación que había cometido hacia Fedra; yo entonces le imploré que me creyera, pues no había hecho nada de lo que arrepentirme.
Así pues llegó el dia de mi muerte, pero alguien murió antes que yo. Y esa fue Fedra. Así que, madre, estoy de camino hacia tí, esta tarde me colgarán por una violacion y por ser el causante de la muerte de Fedra, pero yo estoy limpio de espíritu, igual que tu, y pronto me reuniré contigo en el más allá para observar la dura maldicion causada por la diosa Artemis a Atenas.
Hasta pronto, madre, reina de Atenas, amazona paradigmática.
1 comentari:
Bien, Paula, ya estaba pensando que te habías olvidado!
Te has puesto en el papel y has desarrollado la personalidad del pobre Hipólito y hemos entendido algo someramente del mundo de las amazonas.
¿Viste al final el ejército de Gadafi?
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