HISTORIOGRAFIA
DE GRECIA.
1; INTRODUCCIÓN
1.1 Cronología y autores
Por historiografía griega se entiende aquella realizada en
la Antigua Grecia, desde el siglo V a.C hasta el siglo IV d. C desde Heródoto
hasta Zósimo, pasando por Tucídides, Polibio, Jenofonte…
1.2 Orígenes
Inicialmente, para los griegos el término historia designaba
en general el conocimiento adquirido por descubrimiento personal y, en
particular, la búsqueda o investigación de un escritor sobre algo que sucedió
como consecuencia de la intervención del hombre. La idea de que la
historiografía se ocupa de los acontecimientos ordenados con un criterio cronológico
es posterior. En los territorios griegos de Jonia, en el siglo VI a. C., surgió
el interés por describir lugares, costumbres, y tradiciones de otros lugares en
relatos escritos en prosa. Los escritores de estos relatos intentaban narrar
los acontecimientos con cierta pretensión de veracidad. En esta primera etapa
no podemos hablar todavía de obras rigurosamente históricas; pero sí sabemos
que se abrió el camino hacia una manera de escribir Historia en consonancia con
el espíritu racionalista griego que se extendía a otros ámbitos de la actividad
intelectual, como la Filosofía. Se
rompía con todo ello una tradición en la que el relato de acontecimientos
referidos al pasado era privativo de la poesía épica, que no distinguía bien
entre los episodios legendarios y los acontecimientos realmente ocurrido.
Heródoto y Tucídides fueron los primeros historiadores de la antigüedad, y
sería también un griego, Polibio (llevado a Roma como rehén en el 168 a. C.),
quien introduciría la literatura historiográfica de cuño griego en Roma.
1.3 Características generales
Se observa un gran
contraste entre la importancia que se da a los elementos míticos en la obra de
Heródoto, más apegado a la tradición, y los autores posteriores, más
racionalistas. En general, los historiadores griegos intentan dar una
descripción global de las transformaciones sociales y de sus causas, comparten
la misma pretensión de objetividad y el deseo de extraer lecciones morales del
estudio de los grandes acontecimientos. Los historiadores tienen con- ciencia
de que cuentan con un público lector al que dirigen su obra; para agradarle,
ponen al servicio de su obra todos los elementos que la retórica proporcionaba;
los oradores.
2. HERODOTO
Heródoto (484-425 a. C.) está considerado como el Padre de
la Historia. Nació en Halicarnaso, en Asia Menor, pero fue un viajero
infatigable que, además de Grecia, recorrió Egipto, Siria y Persia. Hacia el
447 a.C. vivió en Atenas, centro cultural del mundo griego; allí conoció a los
autores más importantes de su tiempo y Pericles, el gran político ateniense. En
el 443 a.C. Heródoto se instaló en la colonia griega de Turios, fundada en el
sur de Italia. Se dedicó el resto de su vida a completar su gran obra, conocida
como Historias, escrita en nueve libros, que iba leyendo en público según los
iba redactando.
El tema central de
su obra son las guerras entre persas y griegos, las Guerras Médicas, que
tuvieron lugar en la primera mitad del siglo V a.C. Pero antes narra las
historias de los países cercanos a Grecia y que tuvieron cierto papel en la
contienda, y cuenta infinidad de noticias y anécdotas; son dignos de mención
los relatos sobre Egipto.
Heródoto escribió en dialecto jonio, con un lenguaje claro y
sencillo y un estilo ameno. Su pensamiento es contemporáneo y racional, aunque
en su obra el elemento mítico es todavía muy importante (por ejemplo, afirma
que las causas del conflicto entre Grecia y Asia son los míticos raptos de
mujeres, llevados a cabo por dioses y héroes).
Heródoto creía que el
Universo estaba regido por el destino y el azar, y que nada en los asuntos
humanos es estable. Para Heródoto la
elección moral era importante, ya que los dioses con frecuencia castigan la
arrogancia. Esta tendencia a buscar lecciones morales en los acontecimientos
del pasado es la base de la historiografía griega y, más tarde, de la romana.
3. TUCÍDIDES
Tucídides (490 -395 a. C.) nació en Atenas y vivió los
acontecimientos de las Guerras del Pelo- poneso entre Atenas y Esparta. Fue
general y sufrió un destierro de 20 años por llegar tarde a la defensa de una
fortaleza. Durante su destierro se dedicó a escribir sobre estos hechos con-
temporáneos porque reconoció su importancia histórica y quiso analizar su
desarrollo y sus consecuencias. Regresó a Atenas al final de la guerra (404
a.C.)
No llegó a terminar su obra, llamada Historia de las Guerras
del Peloponeso, pero, sin duda, es el primer ejemplo de historia realizada de
forma científica y rigurosa, con un exhaustivo aná- lisis de las causas que
provocaron los distintos acontecimientos.
Tucídides muestra en su obra un conocimiento práctico de la ciencia
política y militar. Se interesó principalmente por el aspecto militar de la
contienda, que presentó en un estilo conciso, lúcido y a veces difícil, con
sintaxis compleja, ya que escribió para un público de elevada cultura.
Escribió en dialecto ático con influencia del jónico. En Tucídides se observa una constante
búsqueda de objetividad. Se basó en sus propias observaciones y en las
declaraciones hechas por otras personas, testigos de los sucesos, cuyas
declaraciones no duda en contrastar. Para dar mayor intensidad a su historia,
puso en boca de los protagonistas de la guerra discursos retóricos y
dramáticos, que permiten analizar los sentimientos públicos y valorar los
asuntos que estaban en juego. Su
preocupación por la objetividad ejerció gran influencia sobre los historiadores
grecorromanos posteriores, como Polibio y Dión Casio.
4. JENOFONTE
Jenofonte (430-354 a.C.) era también ateniense; formó parte
del círculo de jóvenes que siguie- ron las enseñanzas de Sócrates. Vivió el
declive de Atenas, se sintió defraudado por la demo- cracia y fue un gran
admirador de Esparta.
Su obra histórica Helénicas es una especie de continuación
de la obra de Tucídides, pero con una intención historiográfica muy alejada de
la imparcialidad y del método de dicho historiador. Omite acontecimientos que no
le interesa mostrar y es claramente favorable a los espartanos; pero su estilo
es más sencillo y es un gran maestro en la descripción clara de escenas y
personajes. Narra en siete libros la historia griega desde la última etapa de
la guerra del Peloponeso hasta la batalla de Mantinea .Jenofonte supo utilizar
en ella su gran experiencia y conocimiento de las cuestiones militares, hasta
el punto de figurar como un precursor de la historiografía helenística en la
eficaz descripción de escenas
Escribió otras obras más personales, como Anábasis, un
relato de su experiencia como solda- do mercenario del príncipe persa Ciro en
la llamada Expedición de Los Diez Mil, en la que cuenta la retirada de los
soldados griegos cuando sus oficiales fueron asesinados por el sátra- pa persa
Tisafernes. Las fuertes tendencias
proespartanas y la exageración de los hechos rebajan el valor de sus obras
históricas.
Su aprendizaje intelectual al lado de Sócrates lo llevó a
inmortalizar la figura de su maestro en obras como Recuerdos de Sócrates o
Simposio, uno de los testimonios más importantes para la reconstrucción sobre
bases reales de la filosofía y de la personalidad del Sócrates histórico.
Jenofonte escribió, además, tratados técnicos como Hiparco o la Equitación, con
vistas a aconsejar sobre tácticas militares concretas, como las de la
caballería.
2 comentaris:
Muy buen resumen, pero sería muy bueno mostrar las referencias. Gracias
Perfecto, me sirve para hacer el cambiazo en la asignatura.
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