1. INTRODUCCIÓN
Desde
siempre los hombres han atribuido los sucesos del mundo y sus vidas a
la intervención divina. Los griegos también tuvieron la necesidad
de conocer la voluntad y designio de los dioses que ellos imaginaron,
de ahí la gran importancia de los cultos
a los oráculos.
Los oráculos, en general,
implican dos tipos de predicción del futuro: la adivinación por las
señales o interpretación de determinados signos (el chillido y el
vuelo de los pájaros, el rumor del follaje, los movimientos del
agua, la consulta echando las habas) y, por otra, la adivinación
inspirada por un dios.
Los santuarios se
establecían en lugares sagrados donde, generalmente, había un árbol
sagrado. El templo estaba custodiado por sacerdotes de la divinidad
que cuidaban del recinto y de los sacrificios, además de sus tareas
religiosas.
Además de las distintas
ocasiones en que un griego consultaba un oráculo para conocer el
porvenir, justificar acciones pasadas o pedir consejo para tomar
decisiones, existía un tipo de cultos secretos, en los que se
pretendía encontrar respuestas a cuestiones como la muerte o el más
allá. El aspirante, hombre o mujer de cualquier clase social, debía
cubrir una serie de etapas antes de ser admitido y recibir la
revelación del misterio. Los dioses a los que se adoraba en estos
ritos eran: Deméter, Perséfone, Dioniso, y Orfeo.
Las religiones mistéricas
prometían una inmortalidad dichosa, al margen de todo concepto de
conducta meritoria o pecaminosa; su finalidad era la salvación
individual de los hombres. La palabra μυστήριον
implica la idea de iniciación a unos
rituales reservado a cierto número de privilegiados
Hablaremos aquí de dos
cultos importantes en Grecia: los misterios de Eleusis y el oráculo
de Apolo en Delfos.
2. LOS MISTERIOS DE ELEUSIS
Los Misterios
de Eleusis o misterios eleusinos,
reconocidos y protegidos por Atenas, fueron los más extendidos y los
de mayor prestigio. Consistían en una serie de doctrinas y prácticas
en torno a la figura de las diosas Deméter y su hija Perséfone,
como diosa del mundo subterráneo. Según el mito:
Perséfone,
la hija de Deméter -diosa primitiva de la naturaleza y la
fecundidad- estaba cogiendo flores en compañía de otras diosas y
ninfas, cuando se fijó en una flor muy especial, un narciso, y al
pretender arrancarlo, la tierra, confabulada con Hades -dios de los
infiernos- se abrió y surgió Polidegmon. el hijo de Cronos,
galopando sobre sus caballos inmortales, se abalanzó sobre ella y la
llevó a los infiernos junto a Hades.
Nadie
escuchó sus gritos, excepto Hécate, el rostro oculto de la Luna y
Helios, el sol, hasta que llegó a oídos de su madre un llando
lejano interminable. Deméter sintió una aguda angustia y comenzó a
buscar a su hija, pero ninguno de los dioses quiso revelar la verdad.
Nueve
días caminó llena de tristeza y con una antorcha vagando en la
búsqueda incesante de Perséfone, no descansó, no durmió, no se
bañó...
Al
décimo día Hécate conmovida, la informó de lo que había oído y
acudieron junto a Helios, quien les dijo que Zeus había entregado a
Perséfone a su hermano Hades para casarse con ella. Deméter llena
de furia y dolor huyó del mundo de los hombres y llegó al palacio
de Eleusis. Allí la acogieron y en el lugar más oculto del templo
se estableció oculta, y no consintió que la tierra germinara.
Los
campos se tornaron yermos y Zeus se vió obligado a intervenir. Envió
a la mensajera Iris a Eleusis, para que rogara a Deméter que
volviera hacer renacer los campos, pero ella hizo caso omiso. Después
de la negativa Zeus ordena a Hermes que hable con Hades para que
devuelva a la joven. Éste le permite regresar pero antes la hace
comer desprevenida un grano de granada, fruto de la fecundidad. A
continuación, la sube en su carro y la lleva al exterior.
Por
fin madre e hija se rencuentran, pero se dan cuenta del engaño.
Perséfone después de haber probado el alimento del reino de los
infiernos deberá regresar, porque así lo dictan las leyes. Estará
dos partes del tiempo en la superficie y una tercera en las
profundidades de la tierra, como compañera de Hades. Cada primavera
Perséfone sube al mundo, su madre contenta hace florecer y renacer
la naturaleza, y cada año también cuando vuelve al mundo de las
sombras, regresa la triste estación de invierno.
Después de esto la diosa desveló sus
misterios a los hombres. Desde ese momento celebran cada año en
Eleusis en honor de la diosas sus enseñanzas, primero reservadas a
la familia real eleusina y después a todos aquellos que cumplan unos
requisitos. Aquellos que cumplían los requisitos eran llamados
“mystes”, los “elegidos” que gracias a su iniciación
gozarían de una suerte diferente en ésta y en la otra vida. Sus
ritos se hacían a la luz pública, con procesiones de la ciudad
hasta su santuario en Eleusis, cerca de Atenas, y el secreto se
reservaba para el interior del templo. Se sabe que allí los
iniciados se sometían a una serie de pruebas por las que sufrían
una conmoción emocional que los transformaba interiormente, algo así
como una iluminación mística. Las ceremonias que tenían lugar en
el gran salón Telesterio de Eleusis, reflejaban la transformación
del grano en espiga, la del hombre que sabe que volverá a la tierra
y busca la salvación.
Las celebraciones duraban 9 días en
memoria de la diosa que camina errante y cada día tenía un nombre y
una ceremonia especial. En la iniciación de estos misterios era
revelado a los iniciados la profunda significación de este mito,
este ciclo constante aplicado a la existencia humana, que planteaba
una vida tras la muerte, que podía ser feliz e inagotable si se
había actuado según unos determinados preceptos morales.
3.
ORÁCULO DE DELFOS.
Fue
frecuente en Grecia la práctica del arte adivinatoria. El mantis
(adivino) gozaba de mayor consideración que el sacerdote y este
oficio se transmitía de padres a hijos. Interpretaba la voluntad de
los dioses a partir de signos o señales como los truenos, los
relámpagos, los eclipses, los terremotos… y acontecimientos
casuales como el vuelo de los pájaros, encuentros en la calle,
palabras oídas por casualidad, los sueños, un estornudo que se oía
a la izquierda o a la derecha, el análisis de las vísceras de los
animales sacrificados, etc.
Pero mayor
importancia tenían otras formas de profecía organizadas y que se
llamaban Oráculos, lugares y medios de manifestación de varias
divinidades; acudían a ellos particulares y gobernantes. Se llamaba
Oráculo tanto al santuario donde se acudía a consultar, como a la
respuesta que era dada por la divinidad a través de la sacerdotisa o
pitonisa que actuaba de “médium” y de los sacerdotes que
interpretaban la respuesta divina. Las consultas podían realizarla
personas particulares o representantes o magistrados de las polis,
tanto griegos como extranjeros.
Antes de
entrar en el Oráculo se debía sacrificar una cabra en honor al Dios
Apolo.
En el
Oráculo, una pitonisa se sentaba en un trípode, después de
escuchar una pregunta de un consultante, entraba en éxtasis
inspirado por el Dios Apolo, el cual emitía su respuesta profética
a través de ella. Esta respuesta era interpretada por los
sacerdotes. Las respuestas, eran ambigüas, y dado a esta ambigüedad
raras veces se equivocaban. Las respuestas más famosas del Oráculo
de Delfos fueron innumerables a lo largo de los más de mil años de
existencia: han llegado hasta nosotros muchos oráculos. He aquí
algunas:
• A
Creso, rey de Lidia, que preguntaba si debía atacar Persia, le
contestó: “Creso, tras cruzar el Halis, destruirá un gran
imperio”. Creso lo cruzó, atacó a los Persas y destruyó un gran
imperio, el suyo.
• A
Pirro, rey del Epiro, en su lucha contra los romanos le dijo “Aio
te, Aecida, romanos vincere posse”; texto latino que se puede
traducir de dos maneras: “Te digo, descendiente de Eaco, que tú
puedes vencer a los romanos” o “Digo, descendiente de Eaco, que
los romanos pueden vencerte”.
• A
Filipo de Macedonia le aconsejó “lucha con lanzas de plata y
conquistarás todo”, consejo que siguió, utilizando el soborno
para vencer a sus enemigos.
• A
Timesias de Clazomene que conquistó parte de Tracia con la ayuda de
las tribus locales y después fue expulsado por las mismas le
profetizó: “el enjambre de abejas pronto resultará ser un
enjambre de avispas para ti”.
A cambio de
las respuestas se ofrecían regalos y donativos a Apolo, con lo que
Delfos se convirtió en uno de los lugares más bellos y ricos de la
época. La fama del santuario sobrepasó las fronteras del mundo
griego y ya en la antigüedad, reyes extranjeros preguntaron a su
oráculo y fueron obsequiados con muchas ofrendas. Cada ciudad griega
tenía en Delfos su tesoro, edificios artísticos dónde depositaban
los objetos públicos o particulares enviados allí para ofrendarlos
a Apolo o para ponerlos bajo su protección.
Poco a poco,
este Oráculo de gran fama fue decayendo, y en época cristiana fue
clausurado directamente.
4.
WEBGRAFÍA
INFORMACIÓN:
- http://vellocinodeoro.hypotheses.org/590
- http://www.slideshare.net/mertxu/misterios-y-orculos-eleusis-y-delfos
DOCUMENTAL:
- http://vimeo.com/17036455
FOTOGRAFÍAS:
-
Trabajo realizado por: Marina Vercher 2º BAT IES COTES BAIXES
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