dimarts, 21 de gener del 2014

La situación de la mujer en la Antigua Grecia.



La situación de la mujer en la Antigua Grecia.









LA MUJER EN ATENAS.
  1. Introducción

La discriminación de la mujer griega, en concreto la mujer ateniense, era evidente, ya que carecía de derechos y libertades. Era sumamente menospreciada por los hombres de la sociedad y estaba sometida a su poder, ya fueran maridos, padres, hijos o hermanos. Además, esta situación de discriminación venía provocado por la incapacidad de mantener muchos hijos, sobretodo si eran niñas, puesto que a los pocos días del nacimiento de una mujer, la familia debía comenzar a ahorrar una futura dote, es decir, una contribución que se le daba al futuro marido de la niña para que éste la aceptase y se casase con ella. Por este motivo se producía e incrementaba el infanticidio femenino, al contrario que los niños varones, los cuales suponían una alegría en la familia, puesto que éstos recibían los bienes familiares y además la futura dote que se le entregaría en el momento del casamiento.

En resumen, podemos podemos hablar de una clara discriminación de la mujer ateniense tanto en el ámbito político como social, ya que la participación de la mujer en la sociedad era prácticamente nula, al igual que los esclavos, los niños y los extranjeros; y todas las mujeres, atenienses o no, estaban completamente excluidas de los asuntos de la πόλις, al contrario que los hombres, quienes poseían el derecho a inmiscuyirse tanto en la vida política como en el comercio.

Las mujeres vivían tan sólo para el cuidado de la casa y de los hijos. Además, para los atenienses, la mujer nunca adquiría la mayoría de edad.

  1. El matrimonio.
Las salidas de la mujer ateniense se limitaban tan sólo a recoger agua a las fuentes más próximas. Además, éstas quedaban encerradas en el gineceo y excluídas de las cenas que sus maridos celebraban en la propia casa en compañía de sus amigos a las que no era raro que acudieran prostitutas al final de la noche. Así pues, la mujer era constantemente controlada por su marido y sometida a la constante sospecha de infidelidad.
    Las bodas o himeneos atenienses no eran asuntos entre hombre- mujer, sino que se basaba en un contrato que establecían el padre de la muchacha y la familia del novio o incluso con el propio novio, donde éste aceptaba a su futura esposa y una dote. Seguidamente, la mujer se transladaba al γένος del marido abandonando el suyo. Además, la muchacha tan sólo se casaba cuando adquiría la pubertad, mientras que los hombres lo hacían a los treinta años.

Infidelidades: El hombre tenía total y pleno derecho a cometer todas y cuantas infidelidades quisiese, sin tener que someterse a la justícia. Dichas infidelidades las cometía con distintos tipos de prostitutas, tales como:

  1. Las concubinas (Παλλακή): los maridos podían mantener relaciones estables con estas mujeres e incluso no se les negaba el derecho de acogerlas en la propia casa y de aceptar a los hijos bastardos como legítimos. Las concubinas eran reservadas tan sólo para el cuidado del cuerpo del hombre, y además, éstas debían ofrecerles fidelidad.
  2. Las eteras (Ἑταίρα): Las heteras constituyen la categoría más alta entre las prostitutas. Puesto que a diferencia de las otras, no se contentan con ofrecer sólo servicios sexuales, sino que además poseían una educación esmerada, ofrecida tan sólo para esta categoría de mujeres y eran capaces de tomar parte en las conversaciones entre gentes cultivadas. Éstas eran únicas entre todas las mujeres de Atenas, puesto que estaban capacitadas para suministrar todo tipo de bienes. Además estaban educadas para acompañar a los hombres, allá donde ni las concubinas ni las esposas podían acompañarlos. La mujer que destacó en esta categoría fue: Aspasia de Mileto.
  3. Las prostitutas (Πορνή): Antiguamente eran esclavas de origen bárbaro, que a partir deperíodo helenístico, se incorporaron al gremio muchas jóvenes esclavas, que solo dejarían de serlo cuando fuesen adoptadas por su amo. Este tipo de mujeres podían estar dedicadas a alguna divinidad, puesto que el dinero que recogían era destinado al cuidado del templo; situadas en la calle, o situadas en los prostíbulos, en barrios conocidos por esta actividad, tales como El Pireo (puerto de Atenas) o el Cerámico de Atenas; las cuales eran frecuentadas por marineros y ciudadanos pobres.
El divorcio: El marido poseía el pleno derecho de repudiar a su esposa cuando éste quisiese y sin motivo aparente, además si ésto sucedía así, la dote debía ser devuelta a la familia de la mujer. Al contrario de la mujer, ésta debía solicitarlo con antelación mostrando y explicando sus razones de desacuerdo. Así pues, un matrimonio griego podía romperse por diversas causas:

  1. El repudio del marido hacia la mujer, sin razón aparente, poseyendo el pleno derecho a conservar la tutelas de sus hijo e incluso de los no nacidos todavía, sino que también podía casar a su mujer con otro hombre de su propia elección y sin el consentimiento de la mujer.
  2. El abandono del lecho por parte de la mujer y/o el incumplimiento de las tareas matrimoniales por parte de ésta.
  3. La interrupción del matrimonio por parte del padre de la novia, para que ésta volviese al hogar paterno, o bien para casarla con otro hombre.
  4. En caso de viudez por parte de la esposa. Ésta debía casarse con el hombre que le asignara el marido antes de su muerte o bien su hijo mayor, su padre o algún pariente próximo a ella.
  •      En este ámbito hay que mencionar la legislación de Dracón, en las cuales prohibía la venganza privada tanto por el marido o por la esposa que cometiesen un adulterio. Pese a su prohibición estableció una excepción, la cual establecía que sólo en el caso de sorprender al marido cometiendo el adulterio, podría ser juzgado mediante la muerte. Por el contrario, si la sorprendida era la esposa, a ésta se le perdonaba la pena de muerte, puesto que carecía de conciencia y no sabía aquello que estaba haciendo. Un ejemplo de estos casos lo ofrece el discurso de Lisias, Defensa por la muerte de Eratóstenes.

  1. La mujer doria y la mujer espartana.

Ésta poseía una mayor libertad tanto social y jurídica, además de tener mucha más indepencia respecto al marido, padre e hijos que la mujer ateniense. Además, en Gortina, mediante “El código de Gortina” se estableció una compilación de leyes dispersas a modo de un código civil, en el que se establecían entre tanto el derecho al divorcio, las garantías de la mujer y de la separación de bienes que era prescriptiva. En este código no peevían sentencias bárbaras ni penas de muerte. Estas leyes eran muy similares a las de Esparta, las cuales concedían a las mujeres numerosos derechos y libertades, puesto que la mujer espartana no estaba recluída en la casa, a diferencia de la mujer ateniense, sino que poseía tiempo libre para ocuparse de tareas comerciales o literarias y además tenía derecho a practicar tiempo libre para cultivar y cuidar su cuerpo. Además, desde niñas recibían una esquisita educación, similar a la que recibían los varones y además se les alimentaba bien desde jóvenes para que tuvieran buena salud y una buena condición física, para así ocupar el lugar más importante en la sociedad lacedemonia: las madres de los espartanos. Por el contrario, la mujer espartana tampoco tenía derecho a participar en la vida política, ni en el ejército, ni en las reuniones que poseyesen sus maridos y estaban obligadas también a las labores domésticas.

  1. La mujer en la literatura griega.
La mujer griega ocupó un lugar relevante en la literatura griega, al contrario que en la sociedad y en la vida política. Es aquí donde encontramos a la mujer más importante que destacó en la poesíagriega: Safo. Esta mujer alcanzó una enorme fama debido a su hermosa poesía lírica, que expresaba los sentimientos de una mujer griega de la época.
La fuerte misoginia existente en la Antigua Grecia también hizo eco en el ámbito literario. Podemos encontrar a lo largo de la historia griega varias obras literarias misóginas, que entre ellas, la primera fue: el mito de Pandora de Hesíodo; el cual alega que todos los males en la faz de la tierra son consecuencia de la acción de una mujer. Además, también destaca Semónides de Amoros con su obra Yambo a la mujeres, la cual trata una crítica aberrante hacia la mujer de la época, y las compara con distintos animales según los defectos de ellas relacionados con éstos.
  • En el teatro la situación de la mujer seguía siendo muy precaria, tanto como en la vida cotiniana de ésta. Destacó la figura de Eurípides, el cual llevó a cabo una labor crucial, puesto que defendió muchas de las actitudes y posturas de las mujeres de la época, como vemos, por ejemplo, en Fedra, la cual se enamoró de su hijastro Hipólito, quién se negó a corresponderle. Ella le acusó ante su padre de haber intentado violarla y Teseo pidió a Poidesón que matase a Hipólito y cuando lo hubo hecho, Freda, presa del remordimiento, se ahorcó.
    • Hay que mencionar una obra de comedia teatral clave, donde la figura de la mujer adquiere una posición clave: Lisístrata. Aristófanes, autor de esta grandiosa obra, hace una elevada protesta sobre la guerra de la época, donde las mujeres adquieren el poder sobre sus maridos, imponiéndoles una huelga de sexo para que éstos dejen la guerra que se está produciendo en el Peloponeso y así den paso a la paz. Además, ascienden hasta la Acrópolis y toman todo el dinero de la ciudad para que éste no pueda ser utilizado para fines bélicos. La protagonista, Lisístrata, es una mujer ateniense harta de no ver a su marido a causa de las incesantes guerras y es ella la que encabeza esta huelga sexual que protagonizarán con las mujeres espartanas.

  1. Visiones filosóficas sobre la mujer.
  • Platón: Para Platón, la mujer es un objeto de razón, es decir, no alega ni defiende en ningún momento la igualdad de la mujer ante el hombre, sino que ésta debería prepararse y educarse para que el hombre de su época pudiese relacionarse con alguien similar a él y así poder engendrar hijos perfectos.

  • Aristóteles: Éste filósofo no propicia ninguna defensa de la mujer ante el hombre, sino que establece unas diferencias notables entre ambos. Así pues para Aristóteles, la mujer posee una función crucial en su vida: la reproducción; y para el hombre: un varón poseedor administrador. Con lo cual, en cierta manera, alega que el gran culpable de los males de la sociedad son los hombres, puesto que se ausentaban a causa de las guerras periodos muy largos de tiempo. Aunque por el contrario, asumía que la única virtud de la mujer era el silencio, por lo que defendía la sumisión de las mujeres de la época hacia los hombres, además de considerarlas como seres sin identidad, y con lo cual, no ciudadanas.

BIBLIOGRAFÍA